ARTÍCULO


¿Cómo ser padres asertivos y no flaquear en el intento?_______________
Natalia Soledad Soto Lazo
 Estudiante de Educación de Párvulos UC.

A menudo los padres no saben cuáles son los parámetros que deben utilizar a la hora de educar a sus pequeños hijos, en ocasiones son muy permisivos, aplacadores o en otras muy autoritarios, rígidos y calculadores (Satir, 1991). Ambas posturas son extremas y no son óptimas para la educación de la personalidad de sus hijos, por esta razón se ha decidido realizar una propuesta de estrategias para los padres, útiles para poder lidiar y educar de una mejor manera a sus hijos, estas son las propuesta por Lyford-Pike, A (1997) en su libro “Ternura y Firmeza con los hijos”, en donde se aborda de una manera fácil y cercana al lector cómo ser padres firmes y tiernos a la vez.
Los niños de hoy en día ya no son como los de antes, ya que debido a diversos estudios realizados se ha comprobado que no son “mini adultos”, sino que son seres humanos independientes con necesidades y creencias diferentes a las de los adultos, además algunos estudios de la psicología, como plantea Lyford-Pike (1997), han insistido en que los niños al ser reprimidos por sus padres, estos pueden causarles algún tipo de trauma, por lo que se les trata con mayor cuidado, son más suaves con ellos y con poca autoridad, entregando a los más pequeños el control de su comportamiento en algunas ocasiones, sin embargo esto no es favorable para su educación, dado que ellos necesitan a esta edad disciplina, limites y control.
Por lo anterior, los padres deben encontrar el equilibrio entre ambas perspectivas, la cual es posible de conseguir mediante una “comunicación efectiva”, es decir expresarse con “sentido común, cariño, calma y firmeza, de manera que ellos perciban y entiendan el mensaje que usted como padre quiere transmitirle” (Lyford-Pike, 1997. Pp. 59). Para lograr esta comunicación con sus niños debe seguir ciertos pasos, mencionados a continuación y planteados por el autor, los cuales le ayudarán y facilitarán el contacto y trato con ellos.
1.      Adecuado Lenguaje Asertivo: Comunicarse con frases claras y directas hacia sus hijos, como por ejemplo: “Quiero que ordenes tu dormitorio EN ESTE MISMO MOMENTO”, es decir dejar claro en que momento quiere que el niño realice la acción, evitando las ambigüedades.
2.      Mensajes sin palabras: es importante lo que le dice a su hijo, como también la forma en la que se lo dice: no gritar, tono de voz firme, tranquilidad y mirar a los ojos a su hijo cuando le hable, además de la postura corporal que usted adopte, dado que todas las personas comunicamos a través de nuestras actuaciones, hechos, y por supuesto palabras, por lo que es imposible dejar de comunicarnos (Watzlawick, 1989). Por esta razón es importante respaldar las palabras dadas a nuestros hijos con hechos coherentes de manera de que no entreguemos segundas lecturas que invaliden o confundan la orden dada a los pequeños.
3.      Manejo de las discusiones: se seleccionaron 3 técnicas, más apropiadas para el trabajo con los menores de 6 años. . Técnica del disco rayado: repita una y otra vez lo que desee que él haga (aunque él cambie el tema o le responda con otra pregunta) con voz firme pero tranquila, de manera que el mensaje que quiere transmitir penetre en el niño. Técnica de extinción: utilización de refuerzos positivos (agregar algo al ambiente del niño cuando este realiza una conducta deseada) o negativos (quitar algo del ambiente, el cual ha provocado una conducta indeseada en el niño). Técnica del tiempo fuera: cuando el niño realiza un acto indeseado separarlo y alejarlo del ambiente donde se produjo la conducta y dejarlo sólo por un tiempo determinado.
Estas técnicas pueden ser mejores aún si logramos
4.      Reconocimiento de las buenas conductas: En las técnicas anteriores se pretende reprimir y detener conductas indeseadas por los hijos, sin embargo también es muy efectivo recompensar y destacar las conductas positivas que ellos tienen, ya sean con elogios o halagos ante la acción realizada, mirándolos siempre a los ojos y diciéndoles por qué razón lo está felicitando, evite los sarcasmos y la ironía.
La propuesta anterior tiene el fin de establecer con sus hijos relaciones e interacciones poderosas, puesto que todo lo que usted diga y haga cuando hable con ellos van a incidir a lo largo de toda su vida (Dombro, 2010), es decir al sentirse elogiado, halagado y al recibir buenas palabras por sus conductas positivas los ayuda a sentirse seguros de sí mismo y capaces de realizar algo bueno.
Todas las técnicas anteriores, conllevan a los padres a ser asertivos con la crianza de sus hijos, es decir utilizar las técnicas correctas de manejo frente a ellos, modos de expresarse tanto verbal como no verbal, siendo firmes pero a la vez tiernos.
Lograr la comunicación efectiva y que los padres actúen asertivamente, es todo un desafío, ya que muchas veces les gana la ira, impotencia o rabia por no saber cómo manejarlos ni tratarlos, por lo que muchas veces se salen de sus cabales y actúan de manera inapropiadas de las cuales posteriormente se arrepientes, por esto es de vital importancia que se realice un trabajo en conjunto con las familias, desde el jardín infantil, realizando charlas, talleres y reuniones en donde los padres puedan expresar sus dudas y miedos ante este tema, dándoles las oportunidad de aconsejarse entre ellos o bien, darles a conocer las técnicas mencionadas anteriormente como una buena forma de ayudarlos a trabajar con sus hijos.
En síntesis, la comunicación efectiva, es una herramienta fundamental para la educación del comportamiento de sus hijos. Ser padres asertivos, cariñosos, cálidos, pero a la vez firmes y con autoridad, apoya y complementa esta educación. Por lo que se hace necesario recalcar su importancia y enseñanza a los padres de familia, para que sepan que hay maneras de tratar a sus hijos, de corregirlos y educarlos socialmente de una manera óptima, que hay técnicas, muy buenas y aplicables que les permitirán mantenerse firmes y no flaquear frente a diversas situaciones de conflicto con sus pequeños. En otras palabras educar con ternura y firmeza.
Bibliografía:
-     Lyford-Pike, A (1997) “Ternura y Firmeza con los Hijos” Ediciones Universidad Católica de Chile. Santiago, Chile.
-     Dombro, A., Jablon, J. y Stenson, C., (2010), El Maestro es el punto de partida de Poderosas Interacciones, en: Revista TYC, 12-14, Tomo 4, N°1
-     Sátir, V., (1991), Cap. 7 Patrones de Comunicación. En: Nuevas Relaciones Humanas en el Núcleo Familiar, Editorial Pax, México.
-     Watzlawick (1989). Teoría de la comunicación humana. Pp. 21 a 114. Edit. Herder, Barcelona.